Claro que ese día no sabía muy bien a qué iba, y lo averigüé a porrazo limpio. En fin, esa historia viene después. Vamos a dividir la historia entre lo que yo sabía, lo que yo creía y lo que en realidad era.











Lo que yo sabía: A toda la gente de mi graduación se le llamó a formarse en una línea, ordenados alfabéticamente por el primer nombre. Como resultado de esto, tuve que ir primero. El Mestre, contramestre, o un alumno de graduación superior que te vaya a bautizar se pone tu cuerda, y te invita a jugar a la roda.

Lo que yo creía: En este momento, sin nada muy claro, comencé a jugar, un poco bloqueado y nervioso... jurando que lo que tenía que hacer era quitarle mi cuerda a Paris (el contramestre), entonces me aproximé un par de veces, y en la segunda... ¡¡¡PAF!!! Al suelo.


Se detuvo la roda. Había sido batizado.

Lo real: El Mestre tiene que botarte. Como alumno entonces, la idea es mantenerte un tiempo razonable de pie. Imbécil.

En fin, la historia termina conmigo recibiendo mi corda branca amarela y siendo feliz como una lombriz.

Estos días he estado mejorando algunos ejercicios, poniendo más atención a las posiciones de las piernas en el backhandspring (a.ka. flipflap), y además finalmente me atreví a comenzar con el mortal atrás estático, estoy cayendo un poco mejor, pero me falta ovillarme más pronto. De momento caigo con pies y manos, como en cuclillas.

Supongo que es cosa de práctica. Lo que no hay que hacer es dejar de entrenar.

Mi rodilla está mejor, quiero volver a entrenar parkour dentro de la semana, o el finde.

Hoy tocamos en la U.

Saludos