sábado, 28 de abril de 2007 La mayor estupidez humana I Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundoCarlo M. Cipolla Cuando traté de incluir los dos hechos que me dispongo a referir dentro de los parámetros de alguna categoría de comportamiento, me tracé una línea investigativa. Después de mucho indagar descubrí que ya tenía la respuesta. Lo que pensé fue algo así como: Así que es cierto. Existen. De verdad existen. Y me asusté muchísimo, porque llevo años viviendo con ellos. La revelación que me asaltó ese día fue que la gente puede ser clasificada en cuatro grandes grupos en base a sus acciones. Todos conocemos al menos a uno de cada uno. Ciertamente hemos estado en presencia alguna vez de alguien que realizó una acción que finalmente fue de provecho para él y para quienes lo rodean. Felicidades, conoces a alguien inteligente. Otras veces te puede haber ocurrido que alguna acción que alguien haya realizado resultó de beneficio para tí pero fue en detrimento de quien la inició. Es el comportamiento típico de un incauto. A todos nos han cagado alguna vez ¿verdad?. Una acción que aporta beneficios a quien la realiza, pero a costa de perjudicarnos. Estos son los malvados. Sin embargo existe una clase muchísimo peor de gente. Son quienes se empeñan por alguna extraña e inverosÃmil razón en causarnos pérdidas de dinero, tiempo, energía, apetito, tranquilidad y buen humor por culpa de sus dudosas acciones, sin que ellos vayan a ganar absolutamente nada con ellas. Nadie sabe, entiende o puede explicar por qué estas absurdas criaturas hacen lo que hacen. Lo cierto es que hay sólo una explicación: la persona en cuestión es estúpida. Y estar en presencia de un estúpido es señal de alerta. Las acciones de un malvado a pesar de ser fundamentalmente malvadas, son racionales y por tanto predecibles. Un incauto se daña siempre a sí mismo así que no es de cuidado inmediato. Pero la gente ha fallado a lo largo de la historia en predecir las acciones de un estúpido, naciones enteras han sucumbido a sus disparates. Definitivamente es necesario tenerles miedo. Yo conozco al menos dos estúpidos. En unos segundos más voy a pasar a relatar los acontecimientos que me llevaron a notar su estupidez. Curiosamente los dos relatos tienen otra cosa en común, algo que yo considero la mayor estupidez humana: los celos. Como seré probablemente amenazado de muerte al menos dos veces con lo que viene necesito aclarar algunas cosas para protegerme las espaldas. Así que haré algo que los gringos llaman disclaimer:
Dicho lo anterior... Los espero en la segunda parte del relato, que estará lista dentro del finde largo. Comente, no sea mezquino. Etiquetas: reflexiones [expandir/colapsar] Publicado por Nahuel el sábado, 28 de abril de 2007
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